Hay vidas que se escriben desde el borde: entre la derrota y la belleza, entre la rabia y la esperanza, entre el amor que incendia y la memoria que no se resigna. El poeta de Schrödinger es una bitácora emocional donde la voz que habla nunca está del todo viva ni del todo muerta —permanece suspendida, como el famoso gato, entre la herida y la intuición de salvación.

Estos poemas recorren ciudades, cuerpos y desastres. Hay amores que arden solo una noche y dejan cenizas para años; hay recuerdos que vuelven con el olor del vino y de las calles antiguas; hay guerras íntimas, huidas, regresos y un país entero hablando en susurros detrás de cada verso.

Pío Arregui escribe desde la crudeza y la ternura. Desde la lucidez que solo nace después de atravesar un infierno propio y sobrevivirlo. Su palabra es memoria de lo perdido, homenaje a quienes no volvieron y abrazo para quienes todavía no encuentran un lugar en el mundo.

Este libro es una confesión, un grito suave, una noche larga y una cicatriz que aprende a cantar.

Porque incluso cuando todo se derrumba, queda la poesía para recordarnos que seguimos aquí.