En la actualidad, los dioses griegos llevan una vida tan mundana como el resto de los humanos. Ese es el caso de Hera, deidad que trata de darle sentido a sus monótonos días. A raíz de un breve reencuentro con quien fue su marido, sufrirá una crisis de identidad que la impulsará a reflexionar sobre su existencia para superar sus miedos y aceptarse a sí misma. El lugar indicado para ello será el Museo del Prado, donde el arte le hará recordar su pasado, valorar el presente y decidir su futuro.