Sobre una base siempre filosófica y una crítica cada vez más educada el autor ha ido avanzando en la explicitud de una hermenéutica iconográfica clasificatoria e iconológica interpretativa. Las reflexiones sobre las obras plásticas y su naturaleza creativa, se han extendido en una sistemática coherente en precisiones sobre la sublimidad artística y su dialéctica en el tiempo amerindio. La tesis hermenéutica involucra una estructura de conceptos normativos para analizar una poesía simbólica de una cosmovisión mítico-religiosa. Tal obra de culto o profana, artesanal o artística plásticamente consumada, fue el puente comunicante entre el hombre y su cosmos mágicamente interpretado, entre su existencia terrenal míticamente conformada y lo metafísico. De esta manera se sucedieron, por más de 30 siglos, diseños gráficos, arquitecturas, cerámicas, dibujos, esculturas, orfebrerías, pinturas y textilerías. Esta enorme realidad estética, es un cabal exponente del trascendente talento de aquellas culturas. Constituye una rotunda prueba de uno de los períodos históricos más fecundos y sensibles de la humanidad. Su hondura metafísica y su envergadura estética son paralelas a las culturas orientales o europeas. Es la evidencia de que la expresión mística y poética humana, cual inmanencias del Ser, tienen una sola patria: el planeta.