La crisis argentina de 2001 afectó la credibilidad del sistema político y golpeó también la legitimidad del máximo órgano del Poder Judicial. El proceso de renovación que se inició entonces implicó cambios en el elenco de jueces de la Corte Suprema así como una serie de reformas destinadas a reforzar el vínculo de la justicia con la ciudadanía y a difundir una nueva imagen de ese tribunal, para dotarlo de mayor transparencia de cara a la sociedad. Entre esas reformas, la práctica de las audiencias públicas fue el eslabón clave, porque prometía dar voz y visibilidad a los principales afectados por ciertas causas –la contaminación del Riachuelo, la sobrepoblación carcelaria, la Ley de Medios– y abrir el camino para una transformación institucional más amplia.
En este libro, Miguel Benedetti y Jimena Sáenz ofrecen un estudio de las audiencias celebradas por el Máximo Tribunal entre 2004 y 2014, en el marco de un interrogante decisivo: ¿hasta qué punto esa práctica innovadora modificó el proceso de toma de decisiones judiciales? ¿Cuánto de su potencialidad como herramienta de democratización resultó atenuada por la discrecionalidad del tribunal, el excesivo formalismo o la preeminencia de las voces de los expertos técnicos? Desde un enfoque atento al detalle, el análisis no se circunscribe al "día en la Corte" sino que reconstruye todos los pasos del antes, el durante y el después: qué causas eligieron los jueces para convocar audiencias, cómo se desarrollaron y cómo impactaron sobre la decisión final del tribunal.
Al volver visible el quehacer de la Corte, este trabajo echa luz sobre un universo de enorme riqueza. Y al explicar los riesgos que pueden derivarse del uso inapropiado de las audiencias, cuando no se regulan debidamente o cuando preservan márgenes de arbitrariedad, sienta las bases para discutir y mejorar con propuestas una práctica fundamental de democratización de la justicia y las instituciones.