La relación de Emma y Nicolás se precipita al desastre. Han mantenido una relación vertiginosa y apartada de sus familias hasta hace algunas semanas, pero un embarazo inesperado ha llegado para volcar sus vidas. Emma está convencida de continuar, incluso cuando esto atenta contra el desequilibrio psíquico que padece. Ha asumido la tarea de convertirse en la madre que nunca tuvo, pero no así Nicolás, que rechaza rotundamente la idea de compartir a su mujer y que ha concentrado sus fuerzas en derruir la vida de quien en un futuro será su hija.
Desde hace años, la vida de Augusto se evapora ante la pérdida de Lidia. En medio de su naufragio sentimental, Augusto acude a una cita de psiquiatría con el afán de revelar los abusos que cometió en contra de su hija, Emma, en los años que componían la infancia de ella. Víctima de las sombras de su pasado y conforme la culpa y el resentimiento empujan la historia a su retorcido camino.