No te enamores de tu enemigo…, y menos si es tu vecino…
Dean Evans es lo peor. No solo es un demonio que me deja sin tarta de cereza siempre que puede en el café de debajo de casa, sino que además vive en mi planta, en la puerta de al lado.
Y no hago más que encontrármelo. En los buzones. En el ascensor… Asà todas las mañanas. Resulta agotador.
Lo malo es que despuĂ©s de que por un descuido mĂo se incendiara su apartamento, se ha convertido tambiĂ©n en mi compañero de piso…, y es todavĂa más horrible.
No sé qué locura me poseyó para permitir que se quedara conmigo. Quizá solo fuera lástima.
Porque sin duda no estoy enamorada de su encanto.
Ni de esas sonrisas tan sexis.
Ni de su rápido ingenio.
Ni de ese cuerpo al que tanto tiempo le dedica.
No. No pienso caer en la tentaciĂłn, y menos si la tentaciĂłn es Ă©l.
Puede que exista una fina lĂnea entre el amor y el odio, pero yo sĂ© exactamente de quĂ© lado estoy.