"Hay muchas reglas que un sacerdote no puede romper.
Un sacerdote no se puede casar. Un sacerdote no puede
abandonar a su rebaño. Un sacerdote no puede romper la
sagrada confianza que su parroquia ha depositado en él.
Un sacerdote no puede abandonar a su Dios.
Reglas que parecen obvias. Reglas por las que Tyler Bell
prometió regir su vida tres años atrás, después de una
tragedia familiar. Y siempre se le ha dado bien seguir
las reglas. Hasta que apareció Poppy Danforth. Desde el
momento en que escuchó su deliciosa voz a través de la
pared del confesionario y no pudo quitarse sus pecados
de la cabeza, supo que estaba perdido.
Debería ser fácil para Tyler dejar de lado sus
pensamientos impuros cuando su fe lo es todo. Pero una
vez que pruebe el fruto prohibido, no podrá evitar romper
todas las reglas, aunque arda en el infierno por ello."