"Un día descubrí un libro que tenía miles de dibujos. Tenía más dibujos que palabras. No sabía leer, pero en ese libro hasta las cosas inquietas como el fuego, el humo, las nubes, los insectos y los pájaros, se podían ver con claridad. Lo que más me sorprendió fue ver que allí todo estaba hecho de lo mismo, y sobre todo, que eso mismo era demasiado simple y leve. Cuando aprendí a leer y escribir, ya estaba enamorado del dibujo como medio de descubrimiento y de verificación del mundo. No importa si lo que descubro ya ha sido descubierto o si es insignificante para el resto de la humanidad; lo importante es que se trata de mi propio descubrimiento".