Fedra percibe su inclinaciĂłn por su hijastro, HipĂłlito, pero la combate. Al ser informada equivocadamente de que Teseo, su marido, ha muerto, confiesa su amor a un horrorizado HipĂłlito. Este huye, pues su verdadero amor es Aricia. Y ahĂ se desencadena la tragedia, ya narrada en el HipĂłlito de EurĂpides y tambiĂ©n por SĂ©neca.