La innovación no suele ser el producto de individuos que trabajan aislados, sino un resultado de cómo movilizamos, compartimos y conectamos conocimiento. Por eso los colegios necesitan preparar a los estudiantes para un mundo en el que mucha gente necesita colaborar con otra gente de diferentes orígenes culturales y considerar ideas, perspectivas y valores diferentes; un mundo en el que la gente necesita decidir cómo confiar y colaborar en medio de esas diferencias; y un mundo en el que asuntos que trascienden las fronteras nacionales afectarán a sus vidas. Dicho de otro modo, los colegios necesitan liderar un cambio desde un mundo en el que el conocimiento se apila en algún lugar, perdiendo valor rápidamente, hacia un mundo en el que se incrementa el poder enriquecedor de la comunicación y los flujos colaborativos.Esta obra ofrece una reflexión rica, reveladora y poderosa, que es un ejemplo incuestionable de lo que se puede lograr cuando uno se propone alcanzar un conjunto de grandes expectativas.