John Biguenet explora distintos aspectos que circundan ese elemento tan inasible que es el silencio, desde el silencio comercializado (las salas VIP de los aeropuertos que nos permiten "escapar" del ruido) hasta el silencio aterrador (las cĂĄmaras anecoicas donde solo escuchamos el fluir de la sangre por nuestras venas o el latir de nuestro corazĂłn), y nos permite descubrir que no existe "el" silencio, sino distintas formas de silencio.
A pesar de ser algo que conocemos Ăntimamente, el silencio, de hecho, es un dominio sobre el cual solo podemos hacer conjeturas, a veces validadas por los cientĂficos, mientras que el reino al que solĂa pertenecer, el de lo inefable, sigue contrayĂŠndose. Pero incluso aunque el silencio nunca deje de eludirnos, la nociĂłn de un supuesto vacĂo es, como el cero (ese sĂmbolo provisorio), un objeto de una utilidad inagotable, y de un valor que no para de aumentar en un mundo clamoroso. John Biguenet