Herman Mendoza construyó su imperio en Queens, New York, donde hizo una fortuna con sus hermanos vendiendo cocaÃna en toda la Costa Este de Estados Unidos. TenÃa una linda casa en los Poconos, Pensilvania, para su hermosa familia y muchas otras propiedades alrededor de la ciudad para sus amantes. Sin embargo, tras ser arrestado y querer suicidarse, Mendoza se encontró frente a frente con el poderoso amor de Dios. Nunca volverÃa a ser el mismo.
En la actualidad, Herman cuenta su historia en cada oportunidad que se le presenta, consciente de que puede influir en las personas que desean tener una relación con Jesús. La cautivadora lectura de Sombras cambiantes brinda esperanza a los que están desesperados y muestra lo que Dios hace con el fin de rescatar al alma atribulada.