Un árbol es frágil, hay que cuidarlo bien. Tienes que cuidarlo como un amigo. Mi árbol y yo nos cuidamos bien. A veces me regala una de sus piñas. Uno es poco, pero ojo, todos son muchos. Tienes que encontrar el equilibrio adecuado. Pero si un día no tiene más piñas, todavía quedarán sus espinas, sus ramas o sus raíces...