Había muchas cosas de las que Diego no estaba seguro en la vida, pero sí tenía claro que enamorarse de
Iván era un gran error. Por dos razones. La primera, y quizá la menos importante, porque era demasiado joven
para él. Diego tenía veintiocho años e Iván solo veintiuno. Y la segunda —y esa sí que era decisiva—, porque
Iván era heterosexual.
Iván llevaba mucho tiempo viviendo una mentira para poder sobrevivir, pero cuando su realidad saltó en
pedazos y su vida dio un giro de ciento ochenta grados, lo último que esperaba es que fuera Diego, el hermano
mayor de su mejor amigo, el que estuviese ahí para apoyarle de un modo incondicional.
Dicen que los polos opuestos se atraen, ¿será cierto?
Descúbrelo en esta historia llena de ternura, complicidad y AMOR del bueno.
*ESTA NOVELA ES AUTOCONCLUSIVA Y PUEDE LEERSE DE MANERA INDEPENDIENTE