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Inevitable

Lydbok


¿Ser padre soltero a los veintiún años?

Imposible.

Sin embargo, así era. Lukas Alba, el chico gracioso, irresponsable y algo gamberro, de pronto, se encontraba

solo con una niña de pocos meses a su cargo. Estaba aterrorizado. Pero cada vez que enterraba la cara en el

cuello de Mía y aspiraba profundamente descubría que su hija olía a vainilla, a galletas, a pan recién hecho,

a algodón de azúcar… a bebé.

Y sabía que daría la vida por ella.

Alexia no lo había tenido nada fácil hasta el momento. Necesitaba dinero y ese trabajo de niñera podía ser su

salvación. Lo conseguiría, aunque tuviera que mentir.

Con lo que no contaba era con caer rendida ante toda esa dulzura, esa personalidad maravillosa y esos

preciosos ojos azules.

Sí, Mía tenía los ojos de color aguamarina. Y Lukas también.

ESTA NOVELA ES AUTOCONCLUSIVA Y PUEDE LEERSE DE MANERA INDEPENDIENTE