Juzgar constituye un proceso mental complejo, pero ineludible y presente en todos los actos de nuestra vida. El procedimiento metodológico que requiere de la persona, no se estructura como un algoritmo lógico sino como el discurrir de nuestro pensamiento cuando, motivado por sus propias actitudes, pone algo en duda, se maravilla ante situaciones, se plantea problemas o verifica sus propias teorías y convicciones. Todo ello significa que es necesario estimular en cada persona un hábito permanente de indagación que no se detiene en la simple opinión o en planteamientos superficiales y poco fundamentados ante los acontecimientos. Es necesario ir más allá; el juicio se construye a partir de lo más profundo que se ha vivido, implica responsabilidad al actuar y pone en juego toda la personalidad.
En este libro, el autor ofrece a docentes e investigadores, temas y ejemplos estimulantes para desarrollar el pensamiento y el juicio crítico de sus alumnos, introduciendo una nueva didáctica, un nuevo modo de captar su atención y de poner en práctica la operación de juzgar. Partiendo de lo cotidiano y de los contenidos escolares habituales, los alumnos pueden ejercitarse y hacerse la siguiente pregunta: ¿cómo son verdaderamente las cosas, los acontecimientos, lo que nos sucede?, para sacar a continuación sus propias conclusiones y emitir sus propios juicios.