En un entorno económico competitivo, es necesario que las empresas utilicen sus recursos de la manera más eficiente posible para mantener su permanencia en el mercado. La metodología Lean Six Sigma ha sido utilizada durante décadas para ayudar a las empresas a ejecutar sus operaciones con el mínimo de desperdicios y un alto nivel de calidad.
Uno de los recursos esenciales para el funcionamiento de cualquier actividad económica es la energía en todas sus formas (principalmente electricidad y combustibles fósiles). Racionalizar y hacer más eficiente su consumo ayuda a las empresas a mantener sus costos operativos bajos y, al mismo tiempo, a proteger al medio ambiente. Desafortunadamente, en la mayoría de las empresas, hay pocas personas capacitadas en este campo, lo que complica la implementación de proyectos de esta naturaleza.