"Hermoso, literario y devastador" (The New York Times).
"Un libro de gran habilidad literaria" (The New Yorker).
"Extraordinaria. Una historia dolorosa y exquisitamente contada" (People).
Cuando Mínimos peces se publicó en Estados Unidos, todo el mundo esperaba un despiadado ajuste de cuentas de la autora con su padre, el mítico Steve Jobs. Durante años se había negado a reconocerla, sin privarse de declarar crueldades: por ejemplo, que el 28% de los hombres de Estados Unidos podían ser el padre de Lisa, como le dijo a la revista Time. Pero apenas uno empieza a leerlo descubre que este libro es otra cosa; primordialmente, algo mucho, mucho mejor. Memorias que tienen el pulso y la sustancia de una conmovedora novela de aprendizaje, es un relato de la California hippie de los setenta y los ochenta, de los sentimientos y los deseos de una joven que habita dos mundos contrapuestos (el lujoso, exigente y a menudo frío e impredecible del mítico Jobs; el caótico, disperso y volcánico de su madre), de la búsqueda de su lugar y del largo peregrinar emocional hasta encontrarlo.
Elegante, intensa y por momentos desgarradora, en Mínimos peces hay inteligencia en lugar de rencor; dolor y afán de comprensión, y no venganza. Es la crónica de un amor difícil entre padre e hija, y también, naturalmente, un retrato desconocido de Steve Jobs, de su intimidad y su mundo. Acaso por la suma de estas virtudes, por su originalidad y su compromiso literario, fue elegido el mejor libro del año por Amazon y Publishers Weekly.