El volumen IV de los Moralia consiste en las Charlas de sobremesa (Quaestiones convivales), pertenecientes al género del simposio cuyo máximo exponente es El banquete platónico.
En nueve libros, Plutarco escenifica una serie de diálogos entre personajes de variada cultura y formación, aunque siempre por encima de un mínimo, en el que se tratan los más variados asuntos, que la crítica ha catalogado y distribuido de la siguiente manera: un tercio relacionados con las ciencias naturales y la medicina, un tercio concernientes a la gramática y la historia, y el resto repartidos entre astronomía, psicología, poesía, mitología, filología, música y demás disciplinas. Esta riqueza temática, que mantiene concentrada la atención del lector, se corresponde con la variedad estilística, pues Plutarco ensaya los tratamientos más heterogéneos: el diálogo con detalles sobre los participantes, las diatribas, los monólogos extensos y los apuntes impresionistas, todo ello en medio de una abundancia de personajes que se aparta del modelo platónico, donde más bien se da una contención en el número de contertulios.
En las Charlas de sobremesa Plutarco ha alcanzado su estilo de madurez, y se muestra dueño de sus recursos expresivos y compositivos, al tiempo que se confirma seguidor, en lo esencial, de la doctrina platónica, y contrario a la retórica, la sofística y el epicureísmo.