Biblioteca Beatriz Sarlo
Al dĂa siguiente de la explosiĂłn y derrumbe de las torres neoyorquinas, una chica me preguntĂł quĂ© pensaba. No pienso nada y, como ella, me digo: ÂżquĂ© pienso? Hay que dar vueltas alrededor de lo que no se entiende. Constantin Brancusi escribiĂł una frase genial: "Miren mis esculturas hasta que las vean". AsĂ de simple: todo depende del tiempo que se les dĂ© a las cosas para que ellas hablen. Por supuesto, esta no podrĂa ser la perspectiva del polĂtico, pero quizĂĄs sea el privilegio que tienen los que escriben. Si los siglos XIX y XX estuvieron marcados por feroces polĂ©micas culturales en las que lo nuevo se abrĂa camino librando una batalla contra lo establecido (los poetas romĂĄnticos contra el clasicismo; el modelo del intelectual comprometido contra los escritores burgueses), hoy vivimos en un clima estĂ©tico de pluralismo y coexistencia pacĂfica. Ya no hay un canon que emane de una fuente autorizada. Ya nadie discute cĂłmo debe ser la novela ni hay disputas encarnizadas sobre tendencias artĂsticas. En los ensayos que componen Las dos torres, muchos de ellos inĂ©ditos, Beatriz Sarlo recorre los diferentes campos de la cultura contemporĂĄnea âdel cine y la mĂșsica de vanguardia al teatro alternativo, de las artes visuales y el marketing turĂstico de los museos a la literaturaâ para preguntarse dĂłnde residen hoy las posibilidades de sorprender, de escandalizar, de pensar algo nuevo. ÂżEn quĂ© se convierte el arte bajo el mandato de la diversidad democrĂĄtica y la correcciĂłn polĂtica? ÂżEn quĂ© medida la omnipresencia del mercado no impone nuevas reglas bajo una pĂĄtina de indiferencia y supuesta horizontalidad? ÂżQuĂ© espacio crĂtico queda disponible si cada obra tiene que venir con su explicaciĂłn? Con su modo accesible y deslumbrante de plantear ideas, Beatriz Sarlo nos invita a mirar con nuevos ojos el lugar de la cultura, que parece adormecida por el hiperrelativismo y el tedio.