Los Acuerdos de Paz de La Habana marcarán el destino inmediato de nuestra patria. Solo la paz y la convivencia pueden asegurar un futuro mejor y permanente y sistemática práctica. Después de la crisis de la Covid -19 el mundo no será igual, las desavenencias y la guerra entre personas y su entorno quedaron obsoletas. Si entre nosotros y las demás sociedades del mundo no nos entendemos, el panorama será sombrío.
Así como con la actual pandemia se ha revelado de nuevo que la única fórmula de salvación estriba en la solidaridad y el altruismo, también para la consecución de la paz y la convivencia duradera esa fórmula puede servirnos de aliciente y remedio, única manera de romper el círculo vicioso del egoísmo y el sacrificio de la dignidad de todas las personas.
La Universidad debe contribuir a tan elevado y digno propósito. Nuestro aporte está en la opinión calificada, y nada mejor que verterla en estos estudios, contribución de los alumnos de la Maestría en Derecho Penal y Criminología, promoción 2019- 2020, quienes han vivido en carne propia aquellas situaciones que la civilización y la humanidad deben superar, si no quieren sucumbir, echando mano de la solidaridad y el altruismo. También la paz y la convivencia son asuntos suyos.