El papel de Fidel Castro como promotor del libro y la lectura en Cuba es el centro de atención de este libro. A partir de sus discursos, cartas, documentos, declaraciones de prensa y otras fuentes, se muestra su atención a este asunto. Los autores han reconstruido, no solo la preocupación del líder, sino su acción en aras de implementar los mecanismos necesarios para incentivar el interés por la lectura, que pasaba por crear la capacidad en toda la población para el acceso al libro y, en general, la lectura. Esta reconstrucción comienza con la presentación de la Cuba prerrevolucionaria para entender la labor que debía desplegarse, así como las ideas y perspectiva programática de Fidel acerca de la creación de los medios necesarios para que el pueblo tuviera real acceso a la lectura. Por tanto, en el decir y hacer de Fidel adquiere pleno sentido la expresión, muchas veces citada en diversos espacios: «nosotros no le decimos al pueblo: ¡cree! Le decimos: ¡lee!».