¿Cuál es la relación entre las personas y las cosas? ¿Y de qué modo el cuerpo transforma esta relación? Ya desde sus comienzos, nuestra civilización se ha basado en una distinción estricta entre personas y cosas, cuyo fundamento es la dominación de las personas sobre las cosas. Esta oposición de principio, que nace con el derecho romano y recorre la modernidad, llega hoy al mercado global, donde continúa generando contradicciones. Pero aunque la distinción nos siga pareciendo clara y necesaria, en la práctica jurídica, económica y tecnológica asistimos continuamente a una inversión de perspectivas: algunas categorías de personas están siendo asimiladas a las cosas.