Este libro contiene nueve historias reales en las que uno o dos niños(as), de entre siete y quince años, cometen uno o más asesinatos. Los actos de los perpetradores no son resultado accidental de una actividad distinta, como el juego; ninguno presentó síntomas de retraso mental o locura; no fueron presionados por otras personas para cometer los crímenes. Con matices, cabe asegurar que los pequeños sabían lo que hacían y los resultados de su conducta.
En la introducción se problematiza la influencia de las determinaciones psicológicas, neurológicas, genéticas y ambientales en la
comisión de tales delitos; el margen de libertad individual de los homicidas y el consecuente grado de responsabilidad que se les puede atribuir.
El epílogo consigna, con base en los casos revisados, posibles respuestas a las interrogantes abiertas en la introducción. Si bien no es posible ofrecer resultados concluyentes, se da al lector una idea bastante aproximada de la profundidad, alcances, implicaciones, complejidad e interdisciplinariedad del problem