Cuatro mitos sobre sexo y deber.
Los ensayos manejan ideas, las novelas personajes. Los mitos describen ánimos, sentimientos recurrentes de la vida. En contraste con prosas que prescinden de imágenes y música, el discurso mÃtico cuenta nuestra historia desde la historia de otros, con un procedimiento parecido al juego de las muñecas rusas. Propio y ajeno, dentro y fuera, ayer y mañana pierden asà su recÃproca extrañeza: lo particular de cada caso expresa también algo constante y general.
Las páginas siguientes rememoran cuatro leyendas que podrÃan decirse ocho, pues los mitos de Ishtar, Hera, Deyanira y MarÃa son también los de Gilgamesh, Zeus, Hércules y José. Sucesivas en el tiempo, mediterráneas en sentido amplio, iluminan modos distintos de asumir el destino "varón" y el destino "hembra". CabrÃa añadir que exponen etapas de una larga guerra, repleta de equÃvocos, con razones y cláusulas para diversos armisticios. La primera versión de este libro –cerrada hace casi dos décadas– ponÃa su acento en certezas que el tiempo fue puliendo y cambiando, hasta obligarme a reescribirlo por completo. De ahà que conserve el subtÃtulo, y no el tÃtulo; aunque su asunto sea el mismo, su consideración actual proyecta luces y sombras bastante distintas.