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Claude Monet y obras de arte

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Para Claude Monet, el que se le considerara “impresionista” fue siempre un motivo de orgullo. A pesar de todas las crĂ­ticas que se han hecho a su trabajo, siguiĂł siendo un verdadero impresionista hasta el final de su muy larga vida. Lo era por convicciĂłn profunda y, por el impresionismo, pudo haber sacrificado muchas otras oportunidades que su inmenso talento le ofrecĂ­a. Monet no pintaba composiciones clĂĄsicas con figuras y nunca fue retratista, aunque su entrenamiento profesional incluĂ­a estas habilidades. EligiĂł un solo gĂ©nero y lo hizo suyo: el paisajismo, y en Ă©l logrĂł un grado de perfecciĂłn que ninguno de sus contemporĂĄneos pudo conseguir. Sin embargo, cuando era niño, comenzĂł por dibujar caricaturas. Boudin aconsejĂł a Monet que dejara de hacer caricaturas y se dedicara a los paisajes. El mar, el cielo, los animales, las personas y los ĂĄrboles son hermosos en el estado en que la naturaleza los creĂł, rodeados de aire y luz. De hecho, fue Boudin quien trasmitiĂł a Monet su convicciĂłn de la importancia de trabajar al aire libre, que a su vez, Monet transmitirĂ­a a sus amigos impresionistas. Monet no quiso asistir a la Escuela de Bellas Artes. EligiĂł estudiar en una escuela privada, L’AcadĂ©mie Suisse, fundada por un ex-modelo en Quai d’OrfĂšvres, cerca del puente Saint-Michel. AhĂ­ era posible dibujar y pintar modelos vivos por una tarifa modesta. AhĂ­ conociĂł tambiĂ©n al futuro impresionista Camille Pissarro. MĂĄs tarde, en el estudio de Gleyre, Monet conociĂł a Auguste Renoir, Alfred Sisley y FrĂ©dĂ©ric Bazille. Monet consideraba muy importante presentar a Boudin a sus nuevos amigos. TambiĂ©n le hablĂł a sus amigos de otro pintor que habĂ­a encontrado en NormandĂ­a. Se trataba del holandĂ©s Jongkind. Sus paisajes estaban saturados de color y su sinceridad, que en ocasiones rayaba en inocencia, combinaba la sutil observaciĂłn de la naturaleza cambiante de la costa normanda. En aquella Ă©poca, los paisajes de Monet aĂșn no se caracterizaban por una gran riqueza de color. MĂĄs bien recordaban las tonalidades de pinturas de los artistas de la escuela de Barbizon y las marinas de Boudin. Compuso un rango de colores basados en amarillo a marrĂłn o en azul a gris. En la tercera exhibiciĂłn impresionista en 1877, Monet presentĂł una serie de pinturas por primera vez: siete vistas de la estaciĂłn ferroviaria de Saint-Lazare. Las seleccionĂł entre doce que habĂ­a pintado en la estaciĂłn. Este motivo en el trabajo de Monet es coherente no sĂłlo con la obra Chemin de fer (El ferrocarril) de Manet y con sus propios paisajes en los que aparecĂ­an trenes y estaciones en Argenteuil, sino tambiĂ©n con una tendencia que surgiĂł tras la apariciĂłn de los primeros ferrocarriles...