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Derecho penal en la edad media (2a.ed) (en camino nueva edición)

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Se dice, con alcance de experiencia objetiva, que la historia debe conocerse para que no se repita. El derecho penal actual se bate en una encrucijada, puesto que sus bases liberales parecen horadarse cada vez más, lo cual ya no toca solo temas como la favorabilidad, la estricta tipicidad y problemas de inversión de la presunción de inocencia, sino algo todavía más nefasto, que desdibujaría el paradigma que separa la Edad Media de la Modernidad: una extraña y rara moralización del injusto, impecablemente presentada desde una perspectiva técnico-jurídica, de una sutileza invocadora y provocadora, en tanto facilita en grado sumo la prueba de la responsabilidad, pero vacía de contenido sustancial desde la perspectiva del Estado constitucional de derecho, en tanto se revela como una huida del bien jurídico. Si bien para el efecto se utilizan criterios válidos desde la perspectiva social, aunque discutibles, no es extraño que nuevamente la discusión se permee de elementos propios de confesiones religiosas de un conservadurismo extremo, pues en río revuelto ganancia de pescadores para los oportunistas, por tanto esto demanda que la academia recuerde a quienes se están formando en las lides penales las tragedias sufridas en otros tiempos. Aquí encontrará el lector elementos críticos que muestran los peligros de mezclar derecho penal con moral y política demagógica, olvidando que sólo aquél resulta controlable si se mantiene dentro de rigurosos parámetros anclados en principios, valores objetivos y derechos constitucionales fundamentales, esto es, dentro de un ámbito de la política constitucional.Si bien para el efecto se utilizan criterios válidos desde la perspectiva social, aunque discutibles, no es extraño que nuevamente la discusión se permee de elementos propios de confesiones religiosas de un conservadurismo extremo, pues en río revuelto ganancia de pescadores para los oportunistas, por tanto esto demanda que la academia recuerde a quienes se están formando en las lides penales las tragedias sufridas en otros tiempos. Aquí encontrará el lector elementos críticos que muestran los peligros de mezclar derecho penal con moral y política demagógica, olvidando que sólo aquél resulta controlable si se mantiene dentro de rigurosos parámetros anclados en principios, valores objetivos y derechos constitucionales fundamentales, esto es, dentro de un ámbito de la política constitucional.