El diario de un escritor de Virginia Woolf es un testimonio invaluable sobre la vida íntima y el desarrollo creativo de una de las figuras literarias más relevantes del siglo XX. Escrito entre 1918 y 1941, este diario abarca un periodo crucial en la trayectoria personal y profesional de Woolf, un tiempo en el que la autora alcanza la madurez artística y enfrenta profundas dificultades emocionales.
Durante estos años, Virginia Woolf vive en plena efervescencia intelectual, inmersa en la vida literaria y social del círculo de Bloomsbury, rodeada de escritores, artistas y pensadores que influyen en su trabajo y en su manera de concebir la literatura. El diario deja constancia de sus relaciones personales, en particular con su esposo Leonard Woolf, quien fue un apoyo fundamental tanto en lo afectivo como en lo editorial, así como con su hermana Vanessa Bell y otros miembros de su entorno cercano. Estas relaciones nutren su sensibilidad y se reflejan en la complejidad de sus personajes y temas.
A nivel personal, el periodo 1918-1941 está marcado por la lucha constante de Woolf contra la fragilidad de su salud mental. El diario es testigo de sus crisis, inseguridades y estados de ánimo cambiantes, documentando tanto los momentos de lucidez y creatividad como las etapas de angustia y aislamiento. La autora no oculta sus miedos, sus dudas sobre su valía y la persistente sombra de la enfermedad que la acompañó a lo largo de su vida. Estas confesiones confieren al texto una dimensión profundamente humana, permitiendo al lector comprender la vulnerabilidad detrás del genio creativo.
Paralelamente, este diario revela el proceso de gestación y escritura de las grandes obras que Virginia Woolf creó en estos años: La señora Dalloway, Al faro, Orlando, Las olas, y Entre actos. Woolf describe con honestidad las dificultades inherentes al acto de escribir, el esfuerzo por encontrar una voz propia, y la búsqueda incansable de nuevas formas literarias. Sus reflexiones sobre el oficio de la escritura, los avances y retrocesos en sus manuscritos, y la autoexigencia que la impulsa, aportan una visión única sobre su método de trabajo y sobre el compromiso con su arte.
El diario de un escritor constituye un documento fundamental para adentrarse en la vida, las pasiones y los tormentos de Virginia Woolf, así como en los entresijos de su creación literaria, permitiendo al lector comprender en profundidad la riqueza y complejidad de su universo personal y artístico.
