El contenido del presente libro muestra un brusco contraste entre la arquitectura del siglo XX y el peculiar urbanismo de las misiones jesuĂticas guaranĂes de los siglos XVII y XVIII. Ambos muestran asimismo diferentes concepciones y consideraciones acerca del hombre como sentido de ambas disciplinas. Es de desear que el mismo coopere, por un lado, a reflexionar sobre dichas disciplinas en nuestro siglo XXI, perfecto en los medios pero confundido en los objetivos, como señalĂł sabiamente Albert Einstein el siglo pasado y, por otro lado, que ayude a salir de dicha confusiĂłn, al discernir en quĂ© radican una arquitectura y un urbanismo mejor. Es por ello que, sin conocimiento, experiencia y valoraciĂłn de los tres niveles de realidad de la persona humana: fĂsico, psicolĂłgico y espiritual, como asĂ tambiĂ©n de sus necesidades de privacidad y comunicaciĂłn y, al mismo tiempo sin una gran competencia en lo tĂ©cnico-constructivo, sĂłlo se seguirĂĄ fantaseando con plantas intrascendentes, envueltas en fachadas de modas pasajeras, pero sin aportar sentido y riqueza humana a su contenido, ni generar nada culturalmente valioso y serio.