"En la tristeza cavernaria del siglo XXI los interrogantes son la salvaciĂłn del pensamiento lateral, es la extensiĂłn de una posibilidad del lenguaje para evitar la resignificaciĂłn y el olvido. Para tal llano abandono existe El momento de debilidad, instancia literaria que inquieta y a su manera descalabra aquello que resulta inevitable. Pero ya no hay ni jaguares ni hombres, y aquĂ termina el relato. Cierta paradoja de los que tienen poco talento para mentir: tampoco tienen verdades para ofrecer" (Omar Genovese).
"Bob Sabbath pierde a su hermosa mujer a manos de un director de cine llamado Damocles, que la convoca para una pelĂcula experimental y delirante. Bob estĂĄ enamorado de su mujer, Damocles se la roba, y la traiciĂłn es doble. Bob quiere recuperar a su mujer y falla. Hasta acĂĄ, parecerĂa que hablamos de otra novela de realismo soso en clave teleteatro. Pero eso, la trama, la Ă©poca, la subcultura urbana, es lo menos importante. Lo importante son los viajes que emprende Sabbath, viajes a los confines de la civilizaciĂłn. Viajes que se narran con el ritmo de una prosa extrañada, de una neutralidad oscura y alienĂgena. Chow no padece la pereza narrativa ni el culto a la espontaneidad como garantĂa carismĂĄtica que con ladrillos de aire construye el imperio de los perezosos sutiles. Chow no reniega de la lengua local, pero tambiĂ©n escribe, de a momentos, como si fuera el ventrĂlocuo de una traducciĂłn de las novelas policiales de James Hadley Chase. Por eso El momento de debilidad es algo nuevo en la literatura argentina. Sobre la base de algunas desprolijidades, parece ser obra de otro Salieri mĂĄs de CĂ©sar Aira, pero no. La novela de Chow habla de un cambio de eje, una transiciĂłn donde el realismo estalla ante la fuerza de la devastaciĂłn. Ni decadencia ni descomposiciĂłn, dos formas que adquiere la nostalgia de la modernidad vinculada al progresismo, sino mĂĄs bien centelleos religiosos de lo antimoderno, vinculado al boicot y la defecciĂłn. ÂżQuĂ© hay de real en unas ruinas del futuro? Esta pregunta ambivalente desde su formulaciĂłn es el cincel que tornea la prosa de Bob Chow" (HernĂĄn Vanoli, revista Crisis).