El hallazgo de un cadĂĄver en el pantano de Olba pone en marcha la narraciĂłn. Su protagonista, Esteban, se ha visto obligado a cerrar la carpinterĂa de la que era dueño, dejando en el paro a los que trabajaban para Ă©l. Mientras se encarga de cuidar a su padre, enfermo en fase terminal, Esteban indaga en los motivos de una ruina que asume en su doble papel de vĂctima y de verdugo, y entre cuyos escombros encontramos los valores que han regido una sociedad, un mundo y un tiempo. El bienestar y su reverso inseparable, la codicia y los falsos proyectos, convertidos en materiales de derribo. El espejo en que se mira la vida de Esteban, a su manera un hombre sin atributos, devuelve una imagen hecha de sueños rotos y de ilusiones perdidas. Nada se ha librado de la voracidad. El amor, la familia, la amistad y los cĂłdigos sociales tambiĂ©n han formado parte del menĂș en este banquete de unos pocos. Como es habitual en las novelas de Rafael Chirbes, el interior de los personajes, lo que Ă©stos piensan y sienten sobre sĂ mismos y sobre el mundo que habitan, se corresponde con un determinado paisaje exterior que en este caso tiene como referencia ineludible al pantano. Ăste, principio y final de la narraciĂłn, va adquiriendo un creciente peso simbĂłlico que, siempre sujeto a un feroz materialismo, nos ayuda a comprender las complejas relaciones que los seres humanos mantienen con su entorno y con su historia. La novela nos obliga a mirar hacia ese espacio fangoso que siempre estuvo ahĂ, aunque durante años nadie parecĂa estar dispuesto a asumirlo, a la vez lugar de uso y abismo donde se han ocultado delitos y se han lavado conciencias privadas y pĂșblicas. Heredero de la mejor tradiciĂłn del realismo, el estilo de En la orilla se sostiene por un lenguaje directo y un tono obsesivo que atrapa al lector desde la primera lĂnea volviĂ©ndolo cĂłmplice. La variedad de recursos âmonĂłlogos, narraciĂłn en tercera persona, diĂĄlogosâ permite abrir el campo de la novela a otras situaciones y personajes. El perro Tom, Liliana, el oportunista Francisco, Justino y el estafador PedrĂłs componen una red de intereses y rencores. DespuĂ©s de Crematorio, la novela anterior del autor, galardonada con el Premio de la CrĂtica, entre otras distinciones, y considerada «una de las mejores de la literatura española en lo que va de siglo» (Ăngel Basanta, El Mundo), En la orilla es una magnĂfica y terrible obra maestra, de todo punto inolvidable.
«La gran novela de la crisis. La corrosiva voz de Rafael Chirbes retrata en su obra En la orilla un universo de paro y desilusiĂłn⊠En el fondo, una es la cara B de la otra. Si Crematorio era el pelotazo y la burbuja inmobiliaria pilotados por un arquitecto valenciano que cambiĂł ideales polĂticos por corrupciĂłn polĂtica, En la orilla es el largo y resacoso invierno que sigue a aquella fiesta. Y que todavĂa dura⊠Reich-Ranicki proclamĂł en su programa de televisiĂłn que La larga marcha, su quinta novela, era "el libro que necesitaba Europa"» (Javier RodrĂguez Marcos, El PaĂs).
«No se toma la palabra para ejercer una catarsis, sino para sacar la desolaciĂłn a la plaza pĂșblica y que esa desolaciĂłn sea un acto. Chirbes se inscribe en la olvidada estĂ©tica de los Max Aub del mundo y comparte, de algĂșn modo, el marxismo, poĂ©tico y cruel, de los que vivieron la guerra en primera persona: generaciĂłn de la derrota y la bilis, pero tambiĂ©n de esa lucidez del aguafiestas que tanto incomoda a los de las burbujas y la pechuga envuelta en papel film⊠La lucidez del aguafiestas se clava como astilla en la cĂłrnea del lector que busque amabilidades en la literatura. Esta lectura no es amable, sino imprescindible» (Marta Sanz, El Mercurio).