Kant publicĂł en febrero de 1764 este pequeño ensayo sobre las "enfermedades de la cabeza" en una revista local y de forma anĂłnima. La ocasiĂłn: la presencia de un hombre de mediana edad, con un comportamiento extravagante, al que acompañaba un niño en estado semisalvaje. En la polĂ©mica suscitada mediĂł Kant con este Ensayo, en el que plantea con una profundidad atravesada por el humor y la ironĂa el interĂ©s que ofrece el salvaje a quien se proponga investigar la naturaleza que subyace al hombre.
Pero ello da pie ademĂĄs a que Kant realice una primera categorizaciĂłn de las enfermedades mentales que desde siempre ha
atraĂdo la atenciĂłn de los psiquiatras. En un momento en que la disciplina psiquiĂĄtrica estaba aĂșn por constituirse, el interĂ©s que este texto tiene para una genealogĂa de la disciplina es el de ver en su estado naciente los fundamentos teĂłricos del anĂĄlisis de la locura (un anĂĄlisis que Kant completarĂĄ y ampliarĂĄ en su AntropologĂa).
En todo caso, el pesimismo antropolĂłgico del viejo Kant, ese que le llevarĂĄ a hablar en su vejez de una insociable sociabilidad del ser humano, hallarĂĄ un motivo mĂĄs de refuerzo en este Ensayo: "El ser humano en estado de naturaleza puede estar sometido sĂłlo a pocas insensateces y difĂcilmente a alguna locura. Sus necesidades le mantienen en todo momento prĂłximo a la experiencia, y le dan a su sano entendimiento un quehacer tan ligero que Ă©l apenas se da cuenta de que necesita entendimiento para sus actividades [...] Es en la constituciĂłn civil de la sociedad donde se encuentran propiamente los fermentos de toda esta corrupciĂłn, que, si no la generan ellos mismos, sirven, no obstante, para mantenerla y acrecentarla".