Desde sus orĂgenes, la esquizofrenia ha planteado los mayores retos conceptuales y operativos para la psiquiatrĂa y, pese a los esfuerzos por definirla como una entidad diagnĂłstica unitaria, siempre se ha mantenido rodeada de un halo de ambigĂŒedad y paradoja. Aun mĂĄs, su formulaciĂłn pone de relieve muchos de los problemas epistemolĂłgicos de la disciplina en cuanto a la construcciĂłn de las categorĂas diagnĂłsticas estandarizadas que sustentan su quehacer prĂĄctico.Sin lugar a dudas, las ciencias sociales tienen actualmente mucho que aportar al debate sobre los complejos fenĂłmenos abarcado con esta nociĂłn. Pero este aporte no sĂłlo deberĂa limitarse a completar la descripciĂłn del entramado sociocultural que envuelve la ocurrencia de dichos fenĂłmenos, si bien se trata de aspectos que escapan casi todo el tiempo a las inquisiciones directas del saber psiquiĂĄtrico. MĂĄs bien, deberĂa permitir redimensionar la problemĂĄtica en cuestiĂłn y superar algunos de los mitos fundamentales de la mirada clĂnica, como el principio de escisiĂłn del pensamiento o su reducciĂłn a la idea de irracionalidad. De esta manera lograrĂa develar nuevos caminos para su comprensiĂłn en tanto dimensiĂłn social y significante.Sin lugar a dudas, las ciencias sociales tienen actualmente mucho que aportar al debate sobre los complejos fenĂłmenos abarcado con esta nociĂłn. Pero este aporte no sĂłlo deberĂa limitarse a completar la descripciĂłn del entramado sociocultural que envuelve la ocurrencia de dichos fenĂłmenos, si bien se trata de aspectos que escapan casi todo el tiempo a las inquisiciones directas del saber psiquiĂĄtrico. MĂĄs bien, deberĂa permitir redimensionar la problemĂĄtica en cuestiĂłn y superar algunos de los mitos fundamentales de la mirada clĂnica, como el principio de escisiĂłn del pensamiento o su reducciĂłn a la idea de irracionalidad. De esta manera lograrĂa develar nuevos caminos para su comprensiĂłn en tanto dimensiĂłn social y significante.