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Frankenstein

E-bok


De repente, vi la figura de un hombre en la distancia. Avanzaba hacia mi posición con velocidad sobrehumana. Daba brincos sobre las grietas del hielo, donde yo había caminado con sumo cuidado: su estatura, pude comprobarlo a medida que se acercaba, sobrepasaba la de los hombres, temblé; la vista se me nubló y me sentí desmayar, pero los vientos helados de la montaña lograron restaurarme. Me di cuenta, a medida que la figura se acercaba, de que se trataba del demonio que había creado. Vaya visión tremenda y aborrecida. Comencé a temblar de rabia y horror, pero tomé la decisión de esperar su acercamiento, para luego trenzarme con él en un combate mortal.