El mito de Lawrence de Arabia, o El Orenz, ha dado a la historia un personaje de novela, casi descomunal. Son innumerables los estudios literarios, psicolĂłgicos e histĂłricos sobre su figura y sus escritos, sin olvidar la superproducciĂłn rodada por David Lean en 1962 inspirada en el famoso "diario" ĂĄrabe. Pero su teorĂa bĂ©lica, sintetizada en la Enciclopedia BritĂĄnica bajo la voz Guerrilla en 1929 (y anticipada la dĂ©cada anterior en Los siete pilares de la sabidurĂa), quizĂĄ ha pasado algo mĂĄs desapercibida, cuando de hecho permite realizar un corte radical no sĂłlo respecto a la doctrina clĂĄsica de la guerra y la guerrilla revolucionaria, sino tambiĂ©n a lo que podrĂamos definir como la doctrina clĂĄsica de la acciĂłn polĂtica y, en particular, de la acciĂłn polĂtica revolucionaria.
La guerrilla nĂłmada de Lawrence es lo opuesto a un ejĂ©rcito o una vanguardia polĂtica tradicional: el universo de signos que vehicula es inversamente proporcional a su fuerza militar. Combate para convencer, no para vencer; para la diversidad,
no para la identidad; para transformarse antes que nada a sĂ misma en el espacio renovado por el viento del que es vector, no para plasmar el mundo a su imagen
y semejanza. No expresa nihilismo ni desesperaciĂłn, sino el mĂĄximo de positividad, de potencia. Su centro de gravedad no es el "enemigo", sino el propio deseo de vivir en libertad.
"Una revuelta no es una guerra, si acaso un gesto para tiempos de paz: como una huelga general". Multiplicidad, Ă©xodo, autoafirmaciĂłn: esta rebeliĂłn en el desierto es un ejemplo inspirador para todos los que quieren hoy desarrollar una acciĂłn polĂtica que no pretende tomar el poder o inmolarse en el enfrentamiento con el adversario, sino construir una socialidad alternativa y otras formas de existencia colectiva sobre la tierra.