Hombres sin mujer es, junto a El ĂĄngel de Sodoma, una de las primeras novelas cubanas de tema homosexual. Relata la vida erĂłtica de unos presidiarios, y sus conflictos afectivos. Carlos Montenegro explora los ĂĄnimos de sus personajes, atrapados en una atracciĂłn trĂĄgica, cuyo desenlace se anuncia desde el inicio.
En 1936, en la Revista MediodĂa apareciĂł un capĂtulo de la novela titulado «El baile del guanajo», que provocĂł el cierre de la revista durante tres meses y un proceso judicial, bajo la acusaciĂłn de «pornografĂa y propaganda subversiva».
El prefacio de la novela afirma que esta pretende denunciar la crueldad de las condiciones de vida en el presidio. De ahĂ el espiritualismo naturalista y crudo de Hombres sin mujer, en que el espacio carcelario es captado con un lenguaje duro, marcado por los diĂĄlogos directos.
AsĂ, sin vacilaciones, escribiĂł, en un texto a manera de prĂłlogo a esta obra:
«No me interesa quien se sonroje o indigne por la lectura de estas pĂĄginas, mientras se considere ajeno a la realidad ominosa que divulgan: a su agitada moral de superficie opongo, en la medida de mi capacidad, el propĂłsito autĂ©nticamente moral de desenmascarar la ignominia que supone arrojar el pudridero a seres que mĂĄs tarde o mĂĄs temprano han de regresar al medio comĂșn, aportando a Ă©ste todas las taras adquiridas; opongo tambiĂ©n la desesperaciĂłn de esos seres, su dolor humano y su inevitable regresiĂłn a la bestia; opongo el interĂ©s mismo de la humanidad.»