La producción agropecuaria en Colombia presenta una gran diversidad de formas organizativas. Si hace medio siglo predominaban la gran hacienda, el minifundio y la mediana explotación comercial, al comenzar el siglo xxi se observa una explosión de las formas asociativas de la producción agropecuaria y de las cadenas de transformación y comercialización de estos productos. Sin embargo, los espacios geogråficos que pueden considerarse homogéneos desde el punto de vista organizativo son escasos y no ocupan grandes extensiones. Grandes propiedades
coexisten con pequeñas propiedades y, a su alrededor e involucrando con frecuencia a unas y otras, se desarrollan esquemas de producción comercialización que se dan dentro de relaciones que son distintas de las tradicionales relaciones de mercado y que también difieren de las relaciones jerårquicas internas de una gran explotación agropecuaria.
Las asociaciones campesinas, las cooperativas de productores, los contratos de largo plazo entre cooperativas y empresas de mayor tamaño, y los programas de producciĂłn agropecuaria asociativa son ejemplos de estructuras que se pueden considerar "hĂbridos organizativos". El anĂĄlisis de estos agrohĂbridos en el caso colombiano presenta un gran interĂ©s para comprender el impacto de la inseguridad polĂtica y social sobre las formas organizativas.