Hace falta valor hoy día para abordar una cuestión con tantas aristas como la de la idea de Dios. Y hacerlo desde una perspectiva que parte de la experiencia poética y cristiana requiere, además de valor, una peculiar honestidad intelectual y personal. Ése es el empeño de Álvaro Pombo, en una obra que, desde lo «vivido y pensado en primera persona del singular», se despliega y ramifca en relecturas y re?exiones de enjundia y lucidez turbadoras. En La fcción suprema encontramos a uno de nuestros grandes escritores buscando su forma en lo ilimitado (o infnito: Dios) y en la amistad (la correspondencia con su editor). El resultado es un luminoso ejercicio de búsqueda de sí conducido por la luminosidad de un maravilloso lenguaje y esa sorprendente capacidad para deleitar en la búsqueda de ese Dios que se nos «sustrae» en cuanto aparece