A inicios del siglo XV Europa se desgarraba entre la guerra de los Cien Años, el cisma eclesiĂĄstico y la amenaza del imperio turco mientras conflictos familiares y guerras sangraban los diferentes reinos de la penĂnsula ibĂ©rica dĂłnde, poco a poco, una poderosa dinastĂa se alzaba con el poder: los TrastĂĄmara.
AsĂ las cosas, Alfonso V, conocido como El MagnĂĄnimo, rey de AragĂłn, tenĂa un sueño: recuperar las conquistas mediterrĂĄneas de sus antecesores en la corona de AragĂłn: NĂĄpoles, Sicilia y Cerdeña. Y, venciendo la resistencia de sus nobles, emprendiĂł una serie de campañas navales, tomĂł NĂĄpoles y cayĂł seducido por la Italia renacentista, donde se afinca rodeĂĄndose de una corte esplĂ©ndida que ya no quiso abandonar.
Y todo el poder de sus reinos, AragĂłn, Valencia y Mallorca, y de un poderoso principado, Cataluña, recaerĂĄn en ella: MarĂa de TrastĂĄmara, reina de AragĂłn y condesa de Barcelona. Inteligente, culta y amante de la paz, emerge como un personaje firme y conciliador, "el otro cuerpo del rey", en quien Alfonso depositĂł toda su confianza... pero no su amor. GobernĂł con energĂa y diplomacia, capeando guerras, revueltas sociales y pugnas de familia, siempre fiel a la voluntad de su esposo y esperando su retorno.