En plena crisis argentina de 2001, Claudio Terrada, un joven pintor, debe dejar Tilcara. Volver a Buenos Aires con la intención de buscar nuevos horizontes es, tal vez, la decisión más importante en su carrera. Sin embargo, a los sueños por triunfar, y a su deseo por hallar un nuevo estilo en sus pinturas, lo esperan años de frustraciones y rechazos. Su único sostén para seguir adelante y levantarse de cada tropiezo es la pasión irrefrenable que siente por una encantadora mujer. El amor por ella se ha transformado en su motor principal. Hasta que, por un giro del destino, la revelación sobre unos bocetos perdidos del gran Picasso despierta su interés, alentándolo a tomar un rumbo inesperado que cambiará definitivamente su vida profesional y personal.
Luego del éxito de El sol de las soledades, Tinco Andrada vuelve a reafirmar –con esta atrapante novela– que su pluma se hace más fuerte con cada nueva historia que tiene para contar.