"Construir ciudad" con equipamientos
Como afirma Choay (2004), "construir ciudad" no es sinĂłnimo de urbanizar. Esta frase nos remite a una imagen de todo aquello que hoy, a pesar de haber pasado por un proceso de urbanizaciĂłn, no alcanza a ser ciudad, pues lo que le da soporte y es pĂșblico estĂĄ ausente, no cubre las necesidades de quienes allĂ habitan o no permite la interacciĂłn social; en suma, porque son espacios carentes de vida urbana.
Los equipamientos colectivos, concebidos como "aquellas dotaciones que la comunidad estima imprescindibles para el funcionamiento de la estructura social, coincidiendo con aquellas que requieren un carĂĄcter pĂșblico" (HernĂĄndez et al., 1997, p. 293), son dispositivos que, sumados a
otros de soporte territorial y ĂĄmbito pĂșblico, "construyen" ciudad allĂ donde el proceso de urbanizaciĂłn no los asumiĂł. Y las administraciones pĂșblicas tienen la obligaciĂłn y el reto de garantizarles a los ciudadanos su construcciĂłn y cobertura.
En el contexto colombiano, los equipamientos colectivos han recuperado la importancia perdida en dĂ©cadas pasadas, no sĂłlo en los discursos acadĂ©micos sino asimismo en el planeamiento urbano y las polĂticas pĂșblicas. Desde la implementaciĂłn de la Ley 388 de 1997 de Ordenamiento Territorial hemos asistido a un renovado protagonismo del equipamiento, como garantĂa de estĂĄndares urbanĂsticos pero tambiĂ©n como mecanismo para asegurar calidad de vida urbana de manera justa y equitativa en todos los estratos sociales.