Yo no odio Barcelona, pero Londres sĂ. La odio de todo corazĂłn; de hecho, cuando voy a Londres tengo que beber el triple de lo que normalmente bebo, sĂłlo para mantener la calma, de tanto odio que siento por aquella maldita mierda de ciudad. Pero si contribuyera con un texto para un libro titulado I Hate London y luego descubriera que el ilustrador habĂa puesto imĂĄgenes de la Blitzkrieg nazi junto al tĂtulo, habrĂa tomado el libro hipotĂ©tico y lo habrĂa lanzado al contenedor mĂĄs prĂłximo.
Que es exactamente lo que acabo de hacer con mi ejemplar, nada hipotético, de Odio Barcelona (a pesar de la calidad ya comentada de los contenidos). En fin, todos odiamos alguna cosa. En mi caso, ademås de Londres, odio la estupidez en estado puro.
Mathew Tree - Barcelona MetrĂłpolis