En la actualidad es muy común encontrarse con debates educativos y polémicas sobre la Historia. ¿Qué contenidos se deben enseñar? ¿Qué debemos incluir o excluir de nuestros currículos nacionales? Las discusiones sobre educación en Historia, sobre qué metodologías debemos elegir para llegar más hacia los jóvenes no pueden ser de mayor actualidad en nuestros días.
Adicionalmente, vemos cómo el mundo cambia de manera vertiginosa, anunciando transformaciones en sociedades que son diversas y plurales, pero que otrora fueron pensadas en código homogéneo. La nación decimonónica, con sus narrativas y relatos, no ha sufrido una crítica ontológica, y aún permea en nuestras escuelas del siglo XXI. Ante dicho escenario, los jóvenes deben emprender una formación ciudadana en un mundo cambiante y complejo, donde la Historia no parece estar siendo efectiva conforme a dichos cambios y complejidades. La utopía planteada por la Historia en el siglo XIX contradictoriamente ya no plantea futuros alternativos en las aulas escolares del presente.
En este libro abordamos el tridente Historia, Educación y Formación Ciudadana, ya que entendemos que son cuestiones íntimamente relacionadas. ¿Cómo pensar una educación y una ciudadanía sin una Historia para pensar en libertad y ser críticos? Tras una investigación densa, de sensibilidad histórica y etnográfica, se llegó a relevantes conclusiones sobre la importancia de la Historia a la hora de configurar críticas sociales, la constitución de percepciones políticas y pensamiento sobre la actualidad, el pasado y el futuro en jóvenes estudiantes chilenos y españoles.
¿La Historia importa? ¡Sí! Pero ¿Qué Historia deberíamos pensar y contar? En las páginas de esta obra cuestionamos y proponemos al mismo tiempo algunas ideas, aportes y reflexiones sobre el problema de la Historia, su enseñanza-aprendizaje e impacto en la construcción de percepciones ciudadanas en el contexto de la formación escolar secundaria.