¿Hay que pensar el derecho penal como una pråctica aislada del resto de la sociedad? ¿Una pråctica de especialistas, ligada a la tipificación de los delitos, el castigo y la preservación del orden? Primera traducción al español de un gran renovador del pensamiento penal contemporåneo, Sobre el castigo constata que los sistemas de justicia actuales son excluyentes, porque conciben a los delincuentes como personas en esencia diferentes del resto y suelen pensar su propia función en términos de una "guerra contra el crimen".
Por el contrario, Antony Duff propone un enfoque en el que todos los participantes âfuncionarios, presuntos delincuentes, vĂctimas, miembros de la comunidadâ son ciudadanos y ciudadanas. Alguien es responsable por algo ante alguien, pero la atribuciĂłn de responsabilidades y penas, para ser legĂtima, debe surgir de valores compartidos, en lugar de imponerse con un lenguaje arbitrariamente construido por jueces, abogados y doctrinarios del derecho.
AsĂ, Duff pone el foco en el rol cĂvico de quien ha cometido una falta y es llamado a rendir cuentas por ello. Y explica que el autor de un delito tiene que ser interpelado como ciudadano, en un lenguaje que pueda comprender, y adoptar un papel activo respecto de sus deberes. A su vez, el sistema en su conjunto tiene el deber de tratarlo como miembro de la comunidad polĂtica en todas las etapas del proceso. Duff define una concepciĂłn rica y novedosa de la responsabilidad penal: si la persona acusada de cometer un delito no recibe el respeto o la consideraciĂłn mĂnimos por su condiciĂłn de ciudadano, el sistema de justicia y la comunidad toda pierden la posiciĂłn moral desde la cual podrĂan pedir cuentas, juzgar y condenar.
Con un pie en la teorĂa y otro en los sistemas jurĂdicos reales, el autor demuestra su increĂble capacidad para sorprender y poner el dedo en la llaga cuando se trata de sacar al derecho penal de su ilusiĂłn de autosuficiencia.