«Por favor, deje su mensaje después de la señal…».
Tatiana, son ya las cuatro de la madrugada y no puedo dormir porque estoy borracho y en vela, pensando en ti…
En que casi fui tuyo, y tú casi fuiste mía.
Mi vida es un desastre, y toda mi carrera como luchador en la MMA pende de un hilo. Soy muy consciente de que tengo que cambiar muchas cosas.
Necesito que me devuelvas el favor que me prometiste, ese que aún tenemos pendiente desde hace años.
Necesito que finjas ser mi prometida durante noventa días.
Solo noventa días.
No tenemos por qué hablar a escondidas ni tampoco ser amigos de nuevo. Ni siquiera tenemos que besarnos, aunque te aseguro que ningún otro hombre te habrá besado mejor que yo…
Te prometo que no nos tocaremos, a pesar de que la última vez que nos vimos parecía que era eso precisamente lo que deseabas (no intentes negarlo).
En resumidas cuentas: quiero cobrarme ese antiguo favor que juraste que me deberías «siempre».
No te estoy pidiendo demasiado. Solo necesito que finjas por mí que es real…