Los jóvenes alientos rechazaron- en tarde tibia plomada de sol-, las agresiones torpes y asesinas. El día fue creciendo entre viejas adormideras vespertinas. Cambió la risa espontánea con que la vida premia a los indomables. Se trocó en rictus. Trastocaron las palabras en ayes. La ciudad rota se eclipsó de repente. Enmudeció este día.
Tres poemas
Papel revolución y otros poemas
Víctor Manuel Mendiola
bookLa sed de los cadáveres
Armando González Torres
bookBoca diminuta
Víctor Roura
bookAlmendranada
Carlos López
bookTodo este silencio
Alberto Blanco
bookNina
Eusebio Ruvalcaba
bookHumanidades
Raúl Renán
bookTrasiego
Alejandro Sandoval Ávila
bookTres veces Gatatumba
Eduardo Villegas Guevara
bookXochitl Uchitelnitza
Roberto López Moreno
bookPalabra el cuerpo
Luis Tovar
book