(0)

Un Corazón de Ranita. 2° volumen. Los primeros pasos hacia la madurez

e-bok


¡Continuemos nuestro viaje!

Leer un libro, hojear un cómic, una página tras otra, ver una película, se asemeja mucho a la aventura de un viaje. Cuando el libro tiene más volúmenes, cuando muchas de las historias secundarias se entretejen con la historia principal, el camino se llena de peripecias: debes recorrer un largo sendero, rodeado de paisajes milagrosos, dar repentinos rodeos, cruzar puentes y viaductos. Es la situación de la serie “Un corazón de ranita“ que, estoy cada vez más convencido, está escrita “para todas las edades“, es decir, también para abuelos como yo, no solo para mis nietos.

En este volumen, la Madre-Gota que conocimos en el primer tomo, parece estar cansada y quiere tomarse un respiro. En cambio, el Joven-Pulga y el Gusanito de Seda, se muestran no solo descansados, sino también curiosos y charlatanes, tanto, que no callan a lo largo de casi trescientas páginas. El Joven-Pulga, mayor y con más experiencia, le cuenta al Gusanito un montón de cuentos milagrosos, pidiéndole que no le interrumpa. ¡En vano! ¿Es posible que formule cientos o quizás miles de preguntas un ser tan minúsculo y tan vivo? Como cualquier niño, el Gusanito rebosa “porqués“ y el Joven-Pulga, a pesar de sus fingidas molestias, intenta contestar a todo. Es así como nos enteramos también nosotros, junto con el Gusanito, de muchas cosas sobre los sueños y su interpretación, de la sabiduría de las pulgas, de las peripecias de los ovinos o del poder de los recuerdos. Destaca como memorable la historia más amplia, que se entrelaza con algunas de las ya nombradas y que narra el entierro del Viejo Ratón, el antiguo dueño del Joven-Pulga y de su familia. Igual que en otras partes de este ciclo, es impresionante el modo de introducir los elementos mitológicos (con matices paganos o de cristianismo primitivo y folclórico) en este cuento “realista“, a pesar de su escritura en clave fantástica y milagrosa.

Cualquiera que sea la edad del lector, según he podido darme cuenta, puede deleitarse, sin lugar a dudas, con la lectura de estos libros. Para el lector muy joven, para el que aún no lee, sino que escucha, es también un “libro de enseñanzas“ a través de cual puede explicarse cosas que sobrepasan el primer nivel de percepción y tomar contacto con la dimensión ética de nuestra existencia. ¡Felicidades al autor, viento en popa para los lectores de todas las edades! En cuanto a mí, quedo a la espera. A la espera de los futuros volúmenes, quiero decir.

Liviu Antonesei, 9 de junio de 2011, Iași