Ser lobo es un oficio muy difĂcil. Hay que prepararse bien antes de cada ataque, entrenarse como el mejor de los atletas. Si no, existe el peligro de salir malparado.
En estas páginas os invitamos a que os divirtáis con unos cuentos en los que el lobo es el protagonista, un lobo que no se sale exactamente con la suya… Y es que, a veces, el hambre no deja pensar con claridad qué es lo que hay que hacer.