Desde 1844 y hasta 1888, año en que murieron ambos, Sarmiento mantuvo una interesante correspondencia con JosĂ© Victorino Lastarria, referente liberal en Chile, donde el sanjuanino se exiliĂł durante un largo perĂodo. Una relaciĂłn que comenzĂł con gran aspereza (el diario publicado por Lastarria habĂa atacado a Sarmiento y Ă©l se lo reprochaba), pero pronto pasĂł a la cordialidad y terminĂł convirtiĂ©ndose en una amistad duradera.
Este epistolario es un documento valioso para comprender sus proyectos constitucionales, discusiones sobre formas de gobierno y libertades, matices de Lastarria con la presidencia de Sarmiento, demarcaciones polémicas entre civilización y barbarie. Curiosamente, en la vejez de ambos, las cartas cobran un tono mås personal, contemplativo, casi poético.
Domingo Faustino Sarmiento (San Juan, 1811 - AsunciĂłn, 1888) fue un escritor y estadista argentino. AdemĂĄs de haber sentado en su presidencia las bases del sistema educativo moderno de su paĂs, los libros salidos de su notable pluma marcaron una interpretaciĂłn histĂłrica de alto impacto, en especial el Facundo (1845), pero tambiĂ©n Recuerdos de provincia (1850) y Mi defensa (1843), entre otros. Son controvertidas sus visiones y acciones sobre los aborĂgenes, los gauchos y los inmigrantes de algunas proveniencias, mientras favorecĂa que los de otras se instalaran como colonos. Sin embargo, y por lo mismo, pocos negarĂan Sarmiento fue una figura descollante que influyĂł profundamente en la vida intelectual y polĂtica de la naciĂłn sudamericana.