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Vincent Van Gogh y obras de arte

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La vida y obra de Vincent van Gogh estĂĄn tan entremezcladas que es prĂĄcticamente imposible observar una sin pensar en la otra. Van Gogh se ha convertido en la encarnaciĂłn del sufrimiento, en el mĂĄrtir incomprendido del arte moderno, el emblema del artista como alguien ajeno. En 1890 se publicĂł un artĂ­culo que daba detalles acerca de la enfermedad de van Gogh. Su autor consideraba que el pintor era “un genio demente y terrible, con frecuencia sublime, en ocasiones grotesco, siempre al borde de lo patolĂłgico”. Se sabe muy poco de la niñez de Vincent. A la edad de once años, tuvo que abandonar “el nido humano”, como lo llamaba Ă©l mismo, para ir a vivir a una serie de escuelas con internado. Su primer retrato nos muestra a van Gogh como un joven serio de diecinueve años. Para entonces ya llevaba tres años trabajando en La Haya y posteriormente trabajĂł tambiĂ©n en Londres, en la galerĂ­a Goupil & Co. En 1874, su amor por Ursula Loyer terminĂł en desastre y un año despuĂ©s, fue transferido a ParĂ­s en contra de su voluntad. DespuĂ©s de una discusiĂłn particularmente acalorada durante las vacaciones navideñas, en 1881, su padre, que era pastor, ordenĂł a Vincent que se marchara. Con esta ruptura final, decidiĂł dejar de lado su apellido y comenzĂł a firmar sus lienzos simplemente con “Vincent”. Se marchĂł a ParĂ­s y jamĂĄs volviĂł a Holanda. En ParĂ­s conociĂł a Paul Gauguin, cuyas pinturas admiraba mucho. De 1886 a 1888, el autorretrato fue el principal tema de la obra de Vincent. En febrero de 1888, Vincent dejĂł ParĂ­s; se marchĂł para Arles y tratĂł de convencer a Gauguin de que hiciera lo mismo. Los meses durante los cuales esperĂł que llegara Gauguin fueron los mĂĄs productivos de la vida de van Gogh. QuerĂ­a mostrarle a su amigo tantos cuadros como le fuera posible y decorar la Casa Amarilla. Sin embargo, Gauguin no compartĂ­a sus puntos de vista artĂ­sticos y finalmente volviĂł a ParĂ­s. El 7 de enero de 1889, catorce dĂ­as despuĂ©s de su famosa auto mutilaciĂłn, Vincent dejĂł el hospital donde convalecĂ­a. Aunque esperaba recuperarse y olvidar su locura, de hecho volviĂł al hospital dos veces mĂĄs ese mismo año. Durante su Ășltima estancia en el hospital, Vincent pintĂł paisajes en los que recreĂł el mundo de su niñez. Se dice que Vincent van Gogh se disparĂł en un costado, mientras estaba en el campo, pero decidiĂł volver a la posada y acostarse a dormir. El dueño de la casa le informĂł al Dr. Gachet y a su hermano Theo, quien describiĂł los Ășltimos momentos de su vida, que se extinguiĂł el 29 de julio de 1890: “TenĂ­a ganas de morir. Mientras estaba sentado a su lado, prometiĂ©ndole que tratarĂ­amos de curarlo [...], Ă©l me respondiĂł, ‘La tristesse durera toujours’ (La tristeza durarĂĄ para siempre)”.